sábado, 17 de abril de 2010

Sabado de transeuntes

1. olvido olvidarme de todas las tildes y mayusculas.
Dicho ya...
Tres fuentes de calma y angustia, un iejo buque se estremece en el canto de sirenas, un viejo amigo y una cara que ya no es desconocida.
Toco, toc, toc, un poquito recostada en esta esquina mía, y bueno de la legibilidad el lector dara cuenta de la insufrible irrealidad del ser. No son más que letras de corrido como ríos y gritos de pequeñas en mi cabeza, amigos imainarios que quise tener o recordar y amigos reales que he preferido olvidar. Un plom, uno de veritas, ¿alguien se ofrece?
Nada...
Las ofertas no llueven y el silencio es el mismo, sufrible, recuerdo cada piel en la que se viste y miro tus ojos desde mi propio acantilado, las rocas ya no suenan (sueñan).

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