martes, 6 de octubre de 2009
Niños y hombres
Bueno, el tiempo pasa, no es raro ni ilógico ni poco predecible. Cada vez, nos volvemos nuevos, diferentes, extraños, pero el tiempo de los niños... Nos despertamos y ya no los conocemos, siempre otros con nuevos gustos y saberes; y ahí, nos vamos volviendo viejos: sin ánimos para correr tras las siguientes destrezas ni arrullas distintos ni palabras nuevas.
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los ánimos prefieren la juventud, apenas notan la cercanía de los niños, nos abandonan para salir con ellos...
ResponderEliminares verdad, lo he visto!