sábado, 3 de octubre de 2009

Corriente

Estamos, yo y las otras, de fin de semana; sentadas en un anden con la botella en la mano. Una piensa en la universidad: papelitos acumulados sobre la cama, colores y hojas medio llenas. La otra, la más malhumorada, se quiere ir a dormir: sueños de fresa y frambuesa con cerezas redondas hinchadas que transformasn la piel en duraznos carcomidos, podridos por la humedad. Alguna quisiera ir donde mamá. Acabamos un cigarrillo y nos levantamos, caminamos las calles y miramos las vitrinas, no a la gente, sólo aquellos que no podemos comprar.

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