viernes, 23 de octubre de 2009

las malas horas

Todas las mañanas, escucho su voz, ¿quién es?
La trampa es la sabiduría popular. Madrugar es el tiempo del empleo, no del trabajo.
Todas las mañanas, siento la brisa de su presencia.
Me levanto por la trampa y abro las cortinas. Pasa el día.
Todas las mañanas, veo las delicadas curvas de un cuerpo, ¿eres tú?
A través de las zancadillas, recojo el desorden, sacudo los muebles, paso listados interminables y me abalanzo sobre bluses blancos.
Todas las mañanas, organizo la caída y, por las noches, estoy demasiado cansada.

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